Debido a diversas variaciones epidemiológicas, la incidencia del embarazo ectópico ha aumentado significativamente llegando a convertirse en práctica,:nente el 2% de todas las gestaciones. Si a esto le agregamos su elevada mortalidad entendemos por qué esta patología debe ser manejada tanto por el médico general, como por el especialista.
El curso de la enfermedad no complicada es indolente por lo que debemos tener presente un alto índice de sospecha en las pacientes que presentan factores de riesgo, como son: el antecedente de cirugía tubaria, de EE previo y la presencia de un embarazo producto de TRA. Cuando la enfermedad debuta por su complicación el diagnóstico debe establecerse a la brevedad y debe considerarse a una paciente en edad fértil con un abdomen agudo, portadora de EE hasta demostrar lo contrario.
Además de la sospecha clínica, los 2 elementos más importante en el diagnóstico de la enfermedad son la determinación de B-HCG y la USTV. La mayor disponibilidad de estas dos herramientas en los servicios de urgencia, ha permitido establecer un diagnóstico precoz del EE agilizando su tratamiento, el que clásicamente ha sido quirúrgico.
Actualmente la laparoscopía es la pieza clave del manejo quirúrgico de la enfermedad, sea este radical o conservador. Sin embargo dada la precocidad de los diagnósticos, hemos visto como el tratamiento farmacológico es actualmente una alternativa segura y eficaz en grupos seleccionados. De esta manera el EE inicial no complicado, en algunos centros, es considerado una patología de tratamiento médico.
Puga, M. ., Reyes, F. ., Larrea, V. ., Marchant, R. ., Díaz, R. ., Cisternas, D. ., & González, P. . (2004). Embarazo tubario: Revisión actualizada de Factores de Riesgo y diagnóstico . Revista Hospital Clínico Universidad De Chile, 15(4), pp. 307–15. https://doi.org/10.5354/2735-7996.2004.79192