La criocirugía se utiliza en dermatología para el tratamiento de múltiples lesiones.
Esta técnica produce daño celular mediante congelación.
El congelamiento destruye el tejido, actuando directamente sobre la célula y a través de estasis vascular, que se desarrolla después de la descongelación.
La temperatura mínima necesaria para la destrucción es especifica de cada célula o tejido.
Para realizar criocirugía se requiere del instrumental adecuado y de un criógeno. El criógeno más utilizado es el nitrógeno líquido.
Existen diversas técnicas de tratamiento, pero en cada una de ellas se debe medir el área a tratar y ajustar el tiempo recomendado para cada lesión.
El sitio tratado presentará eritema, edema, exudación y vesiculación.
La criocirugía es simple, segura para el paciente y de relativo bajo costo.
Las complicaciones después del tratamiento son pocas, sin embargo, pueden ser transitorias o permanentes.
Apt, P. ., Muñoz, P. ., & Zemelman, V. . (2001). Criocirugía en dermatología. Revista Hospital Clínico Universidad De Chile, 12(3), pp. 235–40. https://doi.org/10.5354/2735-7996.2001.79787